Situación : intentas
adelantar la cena y cuando todo parece estar bajo control , un llantooooo de
esos que le llegan al alma del vecino.. caprichos por juguetes, por ser el
primero en algo, por.....porque está siendo hora del baño y pronto irse a
dormir, y la cuestión es que todos sabemos que ante la cólera del pequeño hay
que reaccionar dulcemente y con cara de NADA ME PERTURBA..
Y qué difícil es eso, por
dios!!!!!!!!!!!! La cuota de paciencia se acaba , las patatas se pegan o se
quema el arroz.. y una debe concentrarse , respirar hondo , sonreir y decir en
voz baja: qué te pasa pequeñín!!!!!!!!!!!!??
Es ley de vida que cuando
tienes niños pequeños entre los tres primeros años de vida , es cuestión de
moverse a realizar tareas hogareñas y todo lo concentrado que estaba se esfuma
y comienza ese llanto tan tan tan , desgastante para los adultos pero tan, tan,
tan importante para ellos.
Hay que recordar que la
cólera es una reacción fisiológica del organismo, descarga adrenalina, dilata
los vasos sanguíneos....Y OJO, en no confundir con agresividad, bien podemos
saber que la agresión es lo opuesto a la cólera.
El niño encolerizado se
siente invadido por una energía inmensa, da golpes con manos o pies, se revuelca,
para los muy pequeños esos gestos
desordenados los angustian aún más ,por eso será necesario en silencio (evita
comentar nada ,ni hacer gestos) que le cojas y le contengas con tus brazos. Hay
niños que incluso más mayorcitos de los tres, pierden el control de sus
emociones ante una cólera exagerada y justamente necesitan que le ofrezcamos
límites para que logran serenar ese energía que les desconcierta. Y una manera
de ofrecer esos límites a partir de nuestro propio cuerpo es DÁNDOLES UN
ABRAZO. Y quedarnos en silencio sin más... el niño necesita la contención para
bajar los niveles de adrenalina, NO NECESITA EN ESE MOMENTO, ningún sermón , no
nada de nada.... necesita esa limitación corporal .
Y les puedo decir que
funciona a la perfección. Lo he hecho con mi princesa mayor cuando tenía dos
añitos y en un ataque de llanto en el que ya hasta se autoagredía, le
cogí(obviamente lo rechazan ) le abracé fuerte y así me quedé quieta y en
silencio hasta que poco a poco comenzó a serenarse. Una vez que estuvo en plena
conciencia de sí misma le acaricié y le dije que le quería mucho pero que ese
capricho había estado fatal, que no me había gustado nada... Me separé de ella
, se fue a jugar, me mantuve un par de minutos más con cara seria y hablando en
voz muy baja , ya que yo no estaba de acuerdo con esa reacción y se lo tenía
que hacer notar. Pero pasados ese par de minutos , me acerqué le dije que ya
estaba contenta porque ahora le veñia jugar de manera fenomenal, Se ganó un
fuerte abrazo , con un mega beso.. el abrazo yo no sólo tenía una función
contenedora sino que formaba parte de
la recompensa..
Otra buena opción , ante
cóleras no tan descontroladas es ayudarle a poner en palabras la bronca que
tienen , por ejemplo, estás enfadado porque no te apetece comer esto, pero es
lo que nos hace bien. Estás furioso porque no querías que me fuera, etc..
Así les vamos enseñando que
poco a poco de más mayores, puedan contarnos lo que les angustia y por tanto ,
comiencen a desaparecer esas cóleras descontroladas. Les estaremos ayudando a
que ciertas situaciones no se impregnen de más ansiedad que la que toca
experimentar por tal o cual temor a superar.
Para niños más mayores
de 4 añitos en adelante, cuando el
furor le invada le invitaremos a que vaya a gritar y a expresar su bronca en su
habitación, que los demás no nos toca escucharla, es su bronca y debe aprender
a escuchar en su interior cómo va relajando esos nervios.. y que luego
hablaremos de lo que ha pasado y por qué ha pasado.
Se puede pactar con ellos,
anticipándonos a situaciones similares en otros momento, a utilizar un cojín de
descarga. Cuando tenga que quitarse una furia muy grande o aceptar una
frustración demasiado pesada, que le pegue a un cojín o grite con la carita
puesta en él. Y cuando considere que ya se ha quitado las ganas de gritar, que
se quede un ratito pensando tranquilo en qué ha pasado y por qué reaccionó así.
Nunca juzgar esa cólera
mientras esté sucediendo porque lo único que se logrará es aumentarla y
fortalecerla. Peor una vez que podamos hablar con nuestro hijo o hija, tampoco
juzgar el comportamiento, sino ayudarles a reflexionar y que ellos saquen la
conclusión de que lo que han hecho no ha estado del todo bien , o que lo que
han hecho les hubiera podido causar alguna lastimadura seria.
El almohadón del enfado no
se utilizará para otra cosa, nadie podrá sentarse en él, ni utilizarlo para
echarse a leer o mirar la tele. Es el almohadón en el que se pega, se increpa,
es el que se tira contra la pared.
Algunos de vosotros os
preguntaréis y ¿ desde cuándo se puede aplicar la técnica anterior? Cuando los
niños estén listos madurativamente, más o menos a partir de los 4 años , cuando
el niño pueda objetivizarse a sí mismo, que hable a la perfección y que
organice bien sus ideas. Además, sólo podrá estar listo si ha sido preparado,
es decir, si ha sido lo suficientemente contenido en brazos acogedores como
para poder acogerse a sí mismo.
Cuando nos sintamos
frustados por algún suceso del día , del trabajo o lo que sea, es sano decirles
a nuestros hijos que estamos enfadados pero que no es por culpa de ellos . Y si
tienes ganas de gritar, les avisas que vas a quitarte esa furia gritando en el
baño o dónde sea pero que no se asusten. Quizá les enseñemos a que luego vayan
a ese cuarto cuando lo necesiten.
Una vez que te hayas
descargado tómate un tiempo para hablar de ello con tus hijos. Qué sucede
cuando otro grita, qué nos provoca en nuestras emociones, qué pasa y cómo se
siente el que grita y se quita el enfado....etc.
La expresión de la cólera y
como irlo controlando poco a poco a medida que crecen es muy importante para
ellos..
By mimosyarte
