John Bowlby, el creador de la teoría del apego, nos dice que
la madre es la base segura desde la que el niño descubre el mundo. Y cuanto más
sólida es esa base, más convencido estará de que puede volver, de que nunca
será rechazado y se mostrará más armonioso en sus exploraciones.
Esta relación de apego tiene dos direcciones: por un lado la
madre presenta una actitud específica cuando debe separarse de su hijo. Se
siente mal y necesita buscarle, abrazarle,cantarle...
Al comienzo ,cuando los bebés son pequeñísimos, sentimos la
necesidad de ir a verles hasta durmiendo. A medida que crecen podemos estar
cada vez mayor tiempo separados de ellos sin angustias.
Lo penoso, es que aún gran parte de la sociedad no sabe distinguir
entre la necesidad de afianzar el apego , a malcriar a un niño por mimarle
mucho... La sociedad acepta mal las necesidades afectivas de los niños, pero
aún peor las de la madre.
Pero recordar siempre que el apego o vínculo afectivo es una
necesidad básica del ser humano(y de muchos otros mamíferos y aves también),
tan básica como el hambre y la sed. El bebé establece una relación especial con
una persona concreta, que es “su figura primaria de apego”. Generalmente suele
ser la madre, pero no tiene que ser una regla fija, puede ser un papá, abuela o
cuidador X.
La primera relación de apego con la madre, padre, etc.,
prefigura el resto de las relaciones que tendrá después. Cuando el niño se
separa de su madre siente una sensación desagradable y por tal razón es que
llora porque al encontrar nuevamente a su madre se restablecerá esa sensación
de bienestar. Los niños para crecer necesitan del contacto humano, y uno de
calidad.
Como siempre digo, hay que tener cierta cuota de criterio
adulto y coherencia. Tener muy claro cuál es la norma que le queremos enseñar.
Cuando pasan más allá de los 12 meses, que se enfaden un poquito ante un “eso
no se toca” “eso te hace daño” no es malo, eso sí no dejarle abandonado en su
llanto más de un minuto, ya que sino no le enseñaremos la norma o el hábito
sino le estaremos generando inseguridad. Pues los pequeños en los primeros
segundos saben que lloran por algo que no pueden alcanzar, pero pasados esos
primeros segundos, s e olvidan y algunos se pondrán a jugar con otra cosa, y
otros gritarán más fuerte y si no les contenemos con una actitud de
tranquilidad ellos no podrán controlarse por sí solos, eso les generará mucha
inseguridad porque estarán fuera de control, acción que les da miedo y al final
terminan llorando de angustia. Y a ese estado es al que no debería de llegar.
Hay días en lo que el autocontrol es muy difícil pero
debemos entrenarlo para poder actuar con calma pero firmes ante esos temibles
“caprichos” o etapa negativista que pasan todos los peques .. Y no por ser hijo
de alguien que entienda del tema se va a librar de ello, NOOO, todos los peques
deben superar las mimas etapas de desarrollo, la clave está en ser atentos
para poder guiarles,aconsejarles y acompañarles adecuadamente.
by mimosyarte